La tecnología alimentaria detrás de la comida chatarra crea dependencias y reacciones en el cuerpo de los consumidores para mantenerlos adictos y consumiendo.
Uno podría pensar que dada la cantidad de información disponible sobre los aspectos negativos de la comida chatarra, así como de la tasa de obesidad en países como Estados Unidos y México, la gente pensaría dos veces antes de consumir comida congelada o hecha en cadenas de comida rápida. Sin embargo estas cadenas se han adelantado y tienen a la ciencia de su lado: utilizando ingeniería alimenticia avanzada crean productos que generan adicción en el cuerpo a través de un complejo pero comprensible proceso.
En “La jerga de la comida chatarra”, Paul McFedries analiza el lenguaje que utiliza la industria de la comida chatarra para dar forma a productos que mantienen en un estado de adicción fisiológica a sus consumidores gracias a la ciencia detrás de su preparación.
1. Ingredientes pilares
La magia detrás de la comida rápida se debe a un delicado balance entre tres ingredientes que, juntos, crean esa sensación de “comida que te hace sentir bien”: sal, azúcar y grasa, como en las hamburguesas, alitas y waffles con fruta.
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